lunes, 22 de octubre de 2012

Nada para nadie


lunes, 8 de octubre de 2012

¿A dónde fue la noche?






Hace rato el reloj borró
la medianoche del mapa
el alba cayó

Dios debo estar soñando
De nuevo es hora de levantarse y
de nuevo hora de ponerse en marcha
ponerme las medias


Debería haber estado durmiendo cuando
ahí sentado bebía cerveza e intentaba
escribir otra carta para vos
No sé cuantas veces soñé
con volver a escribir
anoche

Debería haber estado durmiendo cuando
daba vueltas y vueltas la pila de discos
para al menos no estar despierto en soledad

¿A dónde fue la noche?

Debería dormir ahora y decir
"Me cago en la guita y en el laburo"
porque me gasté todo lo que tenía
en papeles
sin renglones
y no puedo avanzar de
"Hola bombón, ¿cómo estás?"

Me lavo los dientes y me afeito
Miro hacia afuera, veo
que el cielo está oscuro y pienso
que va a llover

¿A dónde fue la?
¿A dónde se fue?
¿A dónde?

domingo, 7 de octubre de 2012

10 de septiembre - Wond'ring Aloud

Por la mañana, cuando alzó las persianas del mundo, ella todavía dormía enredada entre las sábanas. Vestía la desnudez de su piel de leche y una melena prolijamente desordenada, y se escondía del juicio de las miradas ajenas bajo una camisa de hombre. El sol ingresaba de a rayitos por las grietas del ventanal ―deberia arreglarlo, pensó —trazando líneas sobre su pecho; se divertía explorando la superficie de su cuerpo o abrigándose bajo la tela que tapaba los detalles más sensuales.
Necesitaba verla toda pero sin despertarla. Cada botón suponía un desafío para su mano de artesano, cada botón era una oportunidad de romper el encanto, y eso era algo que no podría perdonarse al menos por el resto del día. Avanzó, botón, con el pulso, a botón, de un sastre que sólo quiere deshacerse de la clandestinidad que imponen las telas al cuerpo para el cual cose.
En ese momento quiso encontrar la metáfora perfecta para describir esas curvas, para descubrir en esas curvas todo lo que no podía decirse.
—¿Médanos? —se preguntó en su cabeza, y asintió imaginando la espuma del mar embestir contra la escollera de sus costillas; a los niños corriendo por su vientre remontando barriletes; enamorados en busca de algún rincón escondido, de alguna gruta que les sirviese para quererse como nunca; gaviotas sobrevolando el reflejo del sol en la arena, chañares todavía jóvenes creciendo en el monte, o recién podados, daba igual. Se guardó esa imagen en su álbum personal de "lugares ficticios aunque no por ello menos hermosos", y se dispuso a abandonarla.
La madera húmeda de los escalones se quejaba como un cachorro cada vez que el peso de todo el cuerpo recaía sobre el pie que recaía sobre cada uno de éstos. Sentía la fricción contra las astillas que amenazaban clavarse en sus plantas desnudas; sentía el contraste entre esta aspereza y la suavidad del pelaje terso del gato, que no podía evitar cruzarse entre sus pies haciéndolo resbalar, caer unos metros después y ¡ardor en la palma de las manos que lo amortiguaron! ¡Ardor como el de los pies que caminan descalzos por la arena bajo el rayo perpendicular del sol del mediodía! ¡Ardor como en sus corazones, cuando sabían que no se eran sinceros y así y todo preferían distraerse con las banalidades de todos los días construyendo una coraza de pequeñeces y sinsentidos!
Se levantó, aún dolorido, y comprendió que la arena que cubría la piel de esa mujer no era la de una playa sino la de un desierto. Los niños no eran sino serpientes, crótalos cornudos; saltando de lado a contralado de su vientre, marginando el contacto entre sus escamas y los cristales a fracciones de segundo para evitar quemarse. Cristales que ardían -cada uno- con la intensidad de mil soles. Contacto que bien habían sabido mantener por horas, abrazados.
No sólo las manos le ardían sino el cuerpo entero; vesículas primero, luego, ampollas luego, úlceras tan difíciles de cicatrizar que decidió dejarlas abiertas para que el viento de la montaña las soldase.
Afuera corría una brisa dulce, presagio de una tormenta que llegaría hacia el anochecer. Se acercó al río sabiendo que a esas horas el agua que caía de la vertiente estaría (cong)helada, se sumergió para cerrar sus heridas y éste le regaló algunas de sus lágrimas pero no fueron suficientes.
Juntó duraznos ya caídos del árbol, eligió aquellos que aún no habían sido invadidos por las hormigas, y volvió a la cabaña. Subió dos escalones y volteó hacia el Este, para disfrutar la figura que formaba el sol asómandose entre las cumbres. El retrato era terriblemente parecido al que hubiera hallado de haberse podido ver a sí mismo, un rato antes, reposando su cabeza sobre esos pechos. Saludó a los espíritus que podía ver y a los que no, antes de voltear nuevamente y empujar la puerta, esquivar el gato, lavar los duraznos y cortarlos en juliana, endulzarlos con miel de caña, poner a calentar el agua.
Sabía que era cuestión de tiempo hasta que debiera tomar una decisión, pero por el momento le bastaba con desayunar junto a ella.

martes, 11 de septiembre de 2012

fragíle


Advertencia: 
La siguiente poesía contiene versos frágiles
Leáse con sumo cuidado porque así como
la copa de cristal cae al piso y estalla
en mil gotas de sangre al oporto
tu jerbo mascota se muere en mis manos
tu luz se refleja en mis más cotidianos
actos, te veo durmiendo, te veo fumando
me veo muriendo, tu cuerpo es tan blando
y el mío tan negro, tan frágil, tan flaco
y aún no se rompe 
El foco se quema y la pieza en penumbras
El filamento frágil se parte y se hace de noche
Tu corazón frágil se para y te hacés de noche
en el instante más intenso de tu vida
El aire se te escapa
libre, la jaula son tus pulmones
Tus venas riegan el suelo
buscan un río bajo la tierra
En el instante más ridículo de la vida
somos de porcelana, vajilla fina,
frágil, tan fácil
rompernos difícil duelarnos 
La tele se apaga, tus ojos se cierran
quieren abrirse y mirar a la cara a la guerra
y mientras te entierran decirle: que no es hora,
que no es día ni año ni fecha en la historia
que sos joven y bello y lleno de amigos
que te lloran si ven que no estás el domingo
recorriendo los bosques los montes el río
que no lo merezco que no lo comprendo que no lo concibo
Y ahí entiendo
que no puedo pelear contra el tiempo y no quiero
ser tan frágil
Vivamos pendientes de cada momento 
vivámonos fuertes vivámonos tiernos
dejemos plasmada la huella de todos los sueños
dejemos escrita la obra que somos sus dueños
vivamos en los corazones y cuerpos ajenos
revivamos en sensaciones, seamos eternos
vivámonos vivos,
vivamos más 
muertos

Situación en tres actos

1 - REALISTA
- Hernán este finde voy a La Plata

2 - ABSURDA
Mariano había salido a verse.
Se acomodó con sus amigos entre las raíces gigantes de un árbol viejo. Le preguntaron por su mamá, que estaba por ser mamá de nuevo. Les contó que todo iba bien, que ya estaba en el hospital y que como él no había podido aguantar la ansiedad tuvo que escapar un rato.
Todos se pusieron muy contentos de saber que iba bien. Todos fumaron de unas flores dulces y después hablaron de La Plata y de lo bien planeada que estaba, ¡qué grande Pedro Benoit! pensaban pero sin saberse el nombre de la Avenida 66. Y lo bien pensada que estaba, y pero ¡qué bien che que tenga esta forma!, y mirá que parecida que es a Londres, ¿la habrá diseñado un inglés?, culturamente es un lugar zarpado, qué linda ciudad para pedalear. ¿Vamos en tren? Sí, en el Sarmiento, no hay chances de ir hasta La Plata pedaleando.
Mariano dijo en voz alta "Hernán este finde voy a La Plata", y se aseguró de transformar sus palabras en un mensaje de texto. "Chicos, la gorra" anunció Charly, mientras veía tres cuerpos correr hacia ellos rompiendo con el paisaje estático que la penumbra les estaba regalando.
Mariano pensó "¡La puta madre, justo ahora que Mamá está por ser mamá!". Intentaron levantarse y huir pero los tuvieron encima antes de poder darse cuenta, "vienen con el fierro al aire" apuntándolos o a ellos o a Dios. Qué noche de mierda para pasear en patrullero.
¿Qué pasa acá? ¿Qué hacen? ¿Esto es legal?  De Caballito. Andando en bici. Quiero saber el trasfondo, oficial, quiero hablar con mi mamá, no me parece que se pueda proceder de esta manera.
Estamos buscando a dos que andan choreando en una bici amarilla y una roja, y acá veo una bici amarilla y otra roja. ¡Acá nadie se robó nada!  No es manera, te entiendo pero no es manera. Bueno, ponele que estábamos armados. Si vos estás armado y yo te caigo así nomás me llenás de agujeros, tengo que aparecer así por las dudas. Es muy violento aparecer con el fierro en alto de todas formas. No podés. Bueno b...bue listo. No es manera igual. Sí, sí, nos vamos pero guardá el arma.
Mariano y sus piernas temblando al darse cuenta de lo cerca que estuvo de perderse el nacimiento de su hermana "Vos que sos despierto si los ves avisame" fue lo último que escuchó antes de que suene el teléfono.
Suena y ya se sabe de antemano la noticia. No entiende cómo pero de algún modo sabe lo que le dirá la voz de su abuela cuando atienda, sabe también que sonreirá y se subirá a la bicicleta; y pedaleará más rápido que nunca sin respetar un semáforo, porque nadie respeta los semáforos a las tres de la mañana.
Sarmiento hasta Plaza Italia, giro a la izquierda en contramano en vez de bordear la rotonda como se debe -como se espera-; porque total a las tres de la mañana no vienen muchos autos y se pueden ahorrar unos buenos metros con sus respectivos segundos acortando de este modo. Santa Fé a la izquierda, desde ahí el camino al Hospital de Clínicas es una ele. La pata más larga de la ele es la recta en la que debe devorarse cada metro como si escapara de todos aquellos lugares donde fue infeliz.
Cruza Scalabrini en rojo inclinándose a la izquierda y entrando en el carril opuesto para evitar los dos autos que se acercan desde la derecha y lo insultan. Pobres automovilistas que ignoran que a las tres y cuatro de la mañana, la noche se devora sus palabras.
Sigue la recta y empieza el ascenso hasta Coronel Díaz, el pico de la montaña, luego una pequeña meseta de escasos metros; y abajo de nuevo, ganando velocidad rápidamente.
Semáforo en rojo en Agüero y este es jodido porque es el que está al pie de la bajada, pero a las tres y siete de la mañana no pasa nada. Subida nuevamente hasta Pueyrredón, donde se para en los pedales para vencer las garras de la gravedad. Está en verde pero le queda poco tiempo, amarillo y empieza a cruzar, rojo y los autos se acercan desde ambos lados en un acordeón mortal.
Azcuénaga a la derecha. La patita chica de la ele -y cuánto hace que no juega al ajedrez- son las dos cuadras que quedan hasta Paraguay donde puede entrar por la rampa de la ambulancia y bajar directo al subsuelo. Las llaves ya fuera de su bolsillo abrirán la cadena y la atarán a unos caños siguiendo las indicaciones de un hombre que viste un uniforme muy parecido al que le sigue apuntando en ese mismo momento en el que para atender el teléfono -que aún vibraba- mete sus manos en el canguro del buzo. Ya va abuela, ya va, y todo sucede tan rápido que ninguno entiende por qué -¿Qué mierda hiciste hijo de puta?-, por qué abren fuego ante la duda.

3 - BIZARRA
Queso. Se escuchan de fondo patrulleros y sirenas a grandes velocidades.
Son varios, queso y dulce, tres por lo menos. Van realmente rápido y así como llegan, se van.
Se callan. Queso y dulce de membrillo. Se oye un disparo a lo lejos.
Silencio sepulcral, y neblina espesa entra por la ventana.
Silencio y dulce de membrillo. Silencio
y suena desde la casa de mi vecina Punk, a todo volumen,
queso y dulce de muertillo,
la música de los expedientes secretos X.
Queso y dulce de membrillo interrumpidos por un
Aire de misterio.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Que no termine


Es inevitable
nada puede dilatarse tanto
y menos por siempre
Es imposible, me niego
Hace horas pronostiqué
que esto iba a pasar
y eso no lo hace menos terrible
no le quita peso al horror
no le roba el temblor a mis
manos no le saca el terror al
silencio que se rompe
con respiraciones profundas
o con bocinazos
Es inevitable, nada 
puede esquivarse tanto, trato 
de entender cuál es el orden
natural de las cosas, trato
de aceptar la idea de que se terminó
y me encuentro nuevamente frente a la pantalla 
y juro que no puedo que no quiero les juro, creanmé
el reloj se burla de mí relamiendo
su victoria que aún no es
pero ya llega, de un momento a otro
debo aceptar que perdí y aunque quiera 
que no termine, no me es posible
esconderme por siempre

El cuerpo me pesa, cada musculo arde y
pide por favor que no lo use
Tipear es una tarea casi hercúlea
Ya no sé por qué lo evito
qué busco posponer
hacia dónde voy
y todo por no querer asumir lo inexorable
lo ya instaurado, aquello 
sobre lo que no puedo decidir
¿O será que sí puedo?

No quiero que se termine y no es la primera
ni será la última de las veces que me encuentre
cara a cara con esta sensación
No quiero que se termine y escapo entre ventanas
decorando el ambiente con el sonido de Miles Davis o
Django Reinhardt o los Natas -o ¿la banda de la lechuga?-
pero escapo o me distraigo 
que es lo mismo pero sin moverse del lugar
Aunque duela tengo que ser más fuerte
así sangre tengo que avanzar aunque pierda
hasta la última gota de volemia y mis venas
resulten una bomba de vacío.
No quiero que se termine, busco 
palabras que leer y me hagan entrar en sintonía
con lo que estoy tan desencajado, busco
atacar la heladera en arranques de ansiedad 
para encontrarme con el mismo pedazo de queso 
crema de hace un rato al cual decido mutilar por segunda vez

Me preparo para la verdad me preparo para
escuchar todo lo que mi mente
quiere revelarme, porque aunque no quiera
que se termine el día
tarde o temprano
tengo que dormir

¡Buenas noches!

martes, 4 de septiembre de 2012

Cómo perder una bicicleta y una mujer y recuperar la bicicleta


Salí
no quiero acariciarte
basta, estoy de mal humor
porque sí
no encuentro las llaves del candado
de una bici que no es mía
y dejé atada en córdoba y scalabrini ortiz
¡Y para colmo nadie tiene una puta amoladora de mano
como para ir y hacerle entender al alambre acero
quien es más poronga de los dos!

Tuerto, vos que sos mi bicicletero fiel,
me prestás la amoladora?1
Ah, no estás?
Bueno todo bien no pasa nada
Osvaldo, vos que sos mi noble vecino sordo,
me prestás la amoladora?
Ah.. estabas durmiendo?
Sí, sí, todo bien
llamame cuando te levantes, y perdoname
Galle, vos que sos mi guitarrista favorito en la tierra,
vos si me prestás la amoladora, no?
Si, cuando vuelvas de la facu está bien
No, no tengo apuro (solo malhumor sostenido en el tiempo)

Dale, salí, no seas cargosa
ya te di de comer a la mañana
cortala
No me vas a comprar con ronroneos
No quiero ni juntarme con la gente
que me tengo que juntar
para hablar de lo que tengo que hablar
ni investigar lo que aún no sabemos
pero suponemos
No quiero desayunar aunque mis
tripas rujan y pidan cereales
Me voy a dormir un rato
porque esto me supera

¿A quién mierda le puede pasar una cosa tan pelotuda?
Tres minutos de reloj, tres
Doscientos treinta y ocho segundos, ponele
Es tan sencillo como
atar la bici,
entrar al farmac*ty
comprar forros
salir del farmac*ty
desatar la bici
desatar la bici
no poder desatar la bici porque no tenés la llave.
Y tirarte al piso a mirar bajo las góndolas
interrogar a los cajeros
chamuyarte a la guardia de seguridad para que
si se entera de algo
te avise por ese eme ese.

- Me vine en bici y acabo de perder las llaves
- ¿No están en los pasillos
o en el locker
o en el mostrador
o en alguno de tus bolsillos llenos de folletos
de agrupaciones neoliberales de tu facultad?
- No, no, no y los papeles de "Nuevo Espacio"
son para envolver los chicles que escupo
o limpiarme los soretes que piso a repetición.

¡Fueron tres minutos! ¿Alguien me explica?
¿Cómo es que pasan esas incoherencias
en los momentos menos oportunos?
¡Ahora voy a tener que tomarme un taxi!
pienso, y se me acalambran
los huevos de la bronca
Se me nubla la vista a tal punto
que no encontraría las llaves
ni aunque michael jackson entrase con
todo su elenco bailando thriller
y me las señalase con el dedo

El destino me castiga por querer cuidarme
¡el destino me castiga por querer cuidarte!
el destino quiere que coja sin forros
el destino quiere que tengas clamidias
el destino quiere que tengas sífilis
el destino quiere que tengas micosporums canis
Yo soy cani cani cani cani3
El destino ¡se caga de  risa!
viendo como me revuelco en el suelo
a través de la pequeña pantalla por la que me vigila
y ríe

El destino no quiere a mi musa
mimosa, distante y fugaz
Hoy te tengo mañana no estás
fresca bailarina rusa
Yendo a verte hace unos días vomité la cadena
como seis veces
Me pareció mucha coincidencia
y pensé
¿No será que esta bici es celosa
o confabuladora
o simplemente se caga en mí cada vez que voy a verte?
No no, porque las llaves
no tienen nada que ver con la bici
Seguramente estoy cagado, pero por un mamut volador

¿Sabés que voy a hacer?
Ya que vos no me prestás la amoladora
vos todavía dormís, y vos sí me la prestás
pero volvés de la facultad muy tarde y
yo estoy nervioso AHORA
y decidí que SI TENGO APURO
¿Sabés que voy a hacer?
Voy a poner un tema de rock bien stoner
bien progresivo y bien turbio 2
y me voy a tirar a dormir
porque esta situación me supera
Y todas las ideas que me vienen
a la mente involucran matar a alguien,
golpear señoras o revolear animales por el aire.
Vamos a calmar un ratito al psicópata
interior, a ver si deja de estrangular al niño
y quizás cuando me levante se me ocurra algo mejor

Me despertó tu mensaje,
ya no estoy tan malhumorado
no sé que mierda voy a hacer pero
estoy simpaticón porque
estás muy
tierna
Me llegó otro mensaje
¿Es tuyo?
No no, es de un número raro
"Soy la segu del farmasiti.
Apareció tu llave"
¡Y yo soy el hombre más feliz de la tierra!
Le voy a comprar un chocolate -pienso-
y a darle un abrazo muy fuerte cuando
llegue a buscarlas

Abro la puerta semicambiado
me termino de poner las zapatillas en la avenida
mientras cruzo a velocidades prohibidas
para peatones, en una diagonal clandestina
hasta la parada del 15. Viajo
con una pareja de viejitos
Se sorprenden de la juventud que
descuida el agua y pronostican
una guerra de la que no formarán parte
Viejitos tiernamente apoca
lípticos de colectivo

Llego y las veo
Una afuera, temerosa, abrazada a un poste y
la otra, dentro, vestida de vigilanta
Entro y le doy el chocolate
y el abrazo que me prometí a cambio
de la llave de mi libertad
Salgo hecho un tornado
la llavé encaja y mientras giro
suena el sonido más lindo que sonó en años
en este barrio, ópera de engranajes
que hacen click:
el candado se abre

De repente soy libre de nuevo
De repente soy invencible otra vez
Me anoto para correr el iron man
pero con las manos
me meto en un criadero de pitbulls
a decir que los mejores perros son los levantados de la calle
y que el que tenga algo en contra mío
que la chupe
Le voy a tocar el timbre a tyson
para decirle que tener un tigre de mascota
es de negro puto
Me voy a encerrar un mes entero
a quererte
hasta que no sepamos quién es quién
¿de quién es esta mano?
¿de quién es este pie?
¿quién acaba de acabar?
¿me rascás tu rodilla que me pica?
todavía me duele el chichón
de cuando te diste la frente contra el
respaldar de la cama
Cuando vamos por el día veintiocho
la simbiosis ya es muy fuerte
En un arranque de poesía te digo
somos como un líquen, yo
soy un hongo vos
sos un alga,
Y todo bien con la palabra alga pero
nombrar la palabra hongo
en pleno coito es
-cuando menos- incómodo
y te vas corriendo, pensando
en los kilos  de empecid
que vas a tener que comprar para embadurnar
tu piel de bebé.


domingo, 26 de agosto de 2012

Monteturro Centro Estético


Cuando sea médico me voy a dedicar a la medicina estética
Si señor, ¡la voy a levantar en pala!
Voy a poner un lindo consultorio
lleno de lindos cuadritos
y voy a hacer un folleto copado y comprador:
Monteturro Centro Estético
¡Va a ser re copado!


(N)
Me haré de buenos secuaces
allí en la ciudad que
respalden mis prácticas
que me crean
que
practiquen a mi réplica
y
cuando hablo
que me escuchen
y
quieran oir más
del amor.


(L)Me haré de buenos secuaces
que
respalden mis prácticas, que
me crean y cuando hablo,
del amor
que me escuchen
que
practiquen a mi réplica
y quieran oir más.

(E)
Del amor
que me escuchen
y
cuando hablo de mis prácticas
que respalden a mi réplica
me haré de buenos secuaces
que
practiquen
y quieran
oir más


(D)
que me crean
cuando hablo
del amor


La gente se amontonará en mi sala de esperas
llena de asepsia y revistas viejas
Dejarán sus compromisos
para venir a verme al enterarse por algún amigo
Mi facebook estallará en solicitudes de amistad
¡Voy a lograr curar el cáncer del autoestima!
Pulir las asperezas de mis pacientes
Voy a ser cirujano plástico
sin bisturí
Voy a enseñar a la gente
a quererse
a moldear la silueta de sus prejuicios
suturar angustias coser perdones
disecar miedos
re-perfundir sueños
nutrir pasiones
higienizar culpas
un lifting de fantasmas


Voy a enseñar a la gente a quererse
según su-propia-estética
su propia estética
su
estética

21 de agosto - Por primera vez


Por primera vez las cosas empezaban a encaminarse.

Volviendo a la calidez del hogar se encontraron.
Casi sin darse cuenta,
se reconocieron por su forma de andar
(en la llovizna)
Las miradas conversaban a medida que se acercaban
(se funden) a la esquina
Primero tímidas, un poco más sueltas después,
fueron subiendo de tono hasta arder (en caricias)
más fuerte que (los cuerpos)
en el segundo previo a la explosión
que resonó (entre las gotas) ensordeciéndo
toda la manzana,
pero en la que aquellos lo suficientemente atentos
pudieron percibir (buscan)
dos latidos (perderse) coordinados
El chapoteo sonaba en la misma escala que sus tacos, pero en
distinto tiempo. Las miradas conversaban a medida que se alejaban de la esquina, ya no tan tímidas. La temperatura de sus cuerpos volvía añicos los cristales de las casas a medida que pasaban junto a ellos.
Ella estaba todavía más linda bajo sus sábanas de hace dos semanas.
Reescribieron la historia del universo sin palabras, haciendo sonar sus cuerpos más fuerte que la explosión que hacía un rato había ensordecido toda la manzana.
Y él no pudo evitar sonreír
cuando todavía extasiada se acurrucó sobre su pecho buscando la región más cómoda, respiró
profundo y fue dejándose llevar por la somnolencia que le sigue al éxtasis.
Y otra vez. Dos, tres, pataditas nerviosas que le indicaban que ya no le pertenecía, que se le había vuelto a escapar después de conseguir lo que quería. Entonces no le quedaba más remedio que mirarla y sentir como el calor de sus cuerpos se volvía un solo abrigo para los dos.
A la hora se despertó friolenta, y él todavía despierto le confesó cosas
irrepetibles.

- ¿En qué pensás?- le preguntó tras culminar su monólogo y sentirse observado. Ella sonrío y lo miró tiernamente antes de contestar, como hacía cada vez que acomodaba las palabras en su cabeza.
- En que tenés el don de decir las palabras justas en el momento justo
- Discrepo - sentenció, aunque pensó que después de todo no estaba tan mal.
- A ver, retrucameló – sintió cómo la sangre le volvía al cuerpo
- Tengo el don de decir las palabras justas a los oídos justos-

Y aunque por segunda vez las cosas empezaban a encaminarse,
no pudo decir más nada frente a la censura de su boca.

no hay casas del árbol para vos


Siempre quise una casa en un árbol como la de bart
Un refugio donde poder esconderme de nadie más 
que de mi mismo
Me tuve que conformar con una caja de madera
que doblaba mi altura
sobre el pasto

Tres paredes,
un piso, un techo;
clavos mal clavados,
una puerta con bisagras oxidadas.
Decorada por fuera con mis
pinturas rupestres de niño de seis años.
Por dentro no había más
que un teclado viejo
conectado a una family game de cartón,
-y cartuchos de cartón-
que se enchufaba a doscientosveinte voltios
de imaginación desinhibida
Una hoja blanca de papel a-cuatro siempre colgada en la pared
actuaba de visor de mi nave espacial
o de escotilla o de timón de mi barco
Cuando terminaba el juego
la arrancaba y la pared quedaba
desnuda para nuevas aventuras.
De repente fue la envidia y el placer de mis vecinos,
no dudaron en acompañarme a explorar
el espacio y el tiempo
dentro de la cápsula

Sumé una perra a la tripulación
Franca, cachorra de pastor alemán con orejas
caídas por su inmadurez
No tardó en masticarse la mitad de la popa
y la quilla del barco
dejando que escapen los controles de
la nave hacia el vacío y que crezcan
hacia dentro
las matas de mi patio,
el moho y más óxido

Un día a un tío muy yeta se le inundó la casa
se le prendió fuego y
se le cayó el techo encima
y como no se mató
me pidió mi casa para guardar sus escombros

No me quedó más opción
que ampliar ese espacio
al resto del mundo

viernes, 24 de agosto de 2012

Contrarreloj con Lucía Porcel

Esto es poesía a contrarreloj:

29'
que todos los dedos de tus pies se crucen con
todas las aristas de todos los
objetos geométricamente más feos
de tu casa1
 
27'
estaba bastante seguro de quién era hasta que
llegué a este boliche y me pidieron
que me planche la remera y me
depile las patillas

26'
creo que podría levantar un auto
en este
mismo
instante
o romperte la cara,
o pegarle a mi viejo y mirá que pesa como tres negros
si tan solo tuviera
un poco más
de fuerza, de la de verdad
¿la de verdad?
eso que llamás la de verdad
no existe nene

23' (el contador me está cagando)
todoslosdíasconozcogentealaque
nolefuncalabarraespaciadora2
o le funciona bas tan te bien
pero yo me encie rroen pre jui cios
quenomedejanverlo

22'
tengo que ir al gimnasio para
poder ser groso y
levantarme a mi vecina fashion

21'
me enamoré de una chica
con mucho glamour
salida de la clase Barbie&Ken cientoyalgo3
a mi me gustan mas bien sencillas
sucias
roñosas
-¡a las que todo les chupa un huevo!-
poneme pituco
(te la pongo hasta con tuco! nono, para eso no)
yo te pongo a girar en mi mundo

20'
si todavía no entendiste de qué se trata esto
es más o menos como una bomba
de una película de poco presupuesto
sobre tiros y rambos y armas y guerras
con una bomba que tiene un visor
de letritas rojas hechas con dígitos como
los de una calculadora vieja, de primaria
sólo que cuando llega a cero
nadie explota
nadie muere
sólo este personaje de ficción
que existe gracias a la batería de la laptop

19'
¿Por qué será,
que los escritores ven fácil lo
que ya está dicho y difícil
lo que han de decir
cuando ésto último
es más suyo
que nada más?

20' (no sé qué está pasando con el taimer)
La poesía no tiene
por qué mierda tener
este formato de mierda4

18'
Jugando entre másquinas descubrí:
guau
me hubiera gustado mucho ir a un colegio técnico
rodeado de máquinas para poder jugar
lleno de humos y vapores nocivos
y ruidos molestos y aceite por doquier
enseguida pienso
en el olor a huevo de las aulas
en los metabolitos de la testosterona
escapando vía cutánea a la biósfera
en perderme la belleza
de las muchas mujeres todas distintas
en el todos los días de mis aulas
carecer de horas de su observación
y análisis
y risas
y crisis
y llantos y besos y las dos cosas a la vez
lás máquinas me divierten,
pero no volvería el tiempo atrás
no me hubiera gustado ir a a un colegio técnico

9' (me están cagando, acá me afanaron casi diez minutos)
Juego con la muerte
la saco a bailar en todas las milongas
ella me supera ampliamente,
tiene tanta gracia...
Sabe lo que siento por ella
sé que no siente lo mismo
promete venir a visitarme, por suerte aún la espero
no tengo apuros.
Pero cuando llegue:
Que venga vestida de blanco
que me pida que la acompañe
a mirar el último amanecer de mi vida.

1'
Bienvenidx
al primer día
del resto de tu vida.
Cuanto poder
¿Qué vas a hacer con todo eso?


jueves, 23 de agosto de 2012

17- Scott Fitzgerald [La caricia invisible]


Para entonces sólo estaban a unos dos metros de distancia, enfrentados. A él le hubiera gustado poder viajar a su lado, pero ver su rostro adormecido era un buen reemplazo. Viajaban conectados por los pocos centímetros de piel que se fundían en una caricia prolongada en el tiempo. El dorso de su mano libre le rozaba con especial delicadeza el tobillo, en sintonía con el vaivén del vagón sobre los rieles. Conocía cada una de las venas que se le dibujaban enraizadas bajo la tenue luz que entraba por las ventanillas. Era una posición tan incómoda, sin dudas, pero fue lo mejor que pudieron conseguir para poder atravesar en el menor tiempo posible los kilómetros que aseguraban su escape.
La mayor parte de su actividad cerebral parecía estar dedicada a sostener dicha caricia, dejando un pequeño número de neuronas libres que apenas podían rebuscárselas para sostener las demás funciones vitales, como respirar, leer y mirarla cada tanto. Como si fuera a escapársele aprovechando el descuido producido por un párrafo que lo atrapase de verdad. Uno de aquellos que de repente le confesaba más verdades de las que podía tomar nota.
Podía predecir que el vibrar del vagón la mecía en un sueño profundo, la arrullaba el viento metiéndose a través de los cristales rajados, entendía como avanzaba su trance a medida que las nerviosas pataditas que soltaba involuntariamente cada tanto, desaparecían hasta la quietud absoluta. En ese momento él se sabía responsable de sostener ese vínculo invisible para el resto del vagón, tanto incluso para los vagabundos que viajaban en el asiento contiguo.
La extrañaba en aquellos tramos donde la corrupción de años había carcomido las vías, y éstas convulsionaban al tren en feroces sacudones que separaban sus carnes haciendo desaparecer por instantes la efímera demostración de cariño;  o cuando todavía entredormida desenroscaba sus piernas para desentumecer las partes del cuerpo que sentía que ya no le pertenecían. Ni bien volvía a acostarse aparecían las pataditas anunciando que se entregaba nuevamente al plano onírico.
Cada tanto se separaba de él para abollar sus abrigos y fabricarse una almohada. Era tan duro el contacto entre sus espaldas y las maderas que debía repetir este proceso varias veces. Ya cómoda podía retomar su último sueño justo donde lo había dejado, no sin antes recordarle a sus piernas de gacela las coordenadas justas en las que debían colocarse. Se movían sutiles hasta el punto en que la distancia entre las pieles era apenas milimétrica, volviendo a aparecer la caricia invisible.
Él se sonreía ante la complicidad implícita entre sus cuerpos