Hay un momento único entre dos amantes, un momento que no se puede relatar. Cuando dos personas se juntan en un abrazo enamorado, las luces de la ciudad tienen otro brillo, desde nuestro cerro los poetas podemos distinguir, desde acá a dos personas enamoradas abrazadas, vestidas o desnudas, en alguna calle escondida de la ciudad mugrosa, porque las luces son distintas, son verdaderas luces, luciérnagas son, luciérnagas se hacen en ese abrazo, no hace falta decir más nada.
O quizás sí.
Diego Arbit - Nada para nadie
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