martes, 11 de septiembre de 2012

Situación en tres actos

1 - REALISTA
- Hernán este finde voy a La Plata

2 - ABSURDA
Mariano había salido a verse.
Se acomodó con sus amigos entre las raíces gigantes de un árbol viejo. Le preguntaron por su mamá, que estaba por ser mamá de nuevo. Les contó que todo iba bien, que ya estaba en el hospital y que como él no había podido aguantar la ansiedad tuvo que escapar un rato.
Todos se pusieron muy contentos de saber que iba bien. Todos fumaron de unas flores dulces y después hablaron de La Plata y de lo bien planeada que estaba, ¡qué grande Pedro Benoit! pensaban pero sin saberse el nombre de la Avenida 66. Y lo bien pensada que estaba, y pero ¡qué bien che que tenga esta forma!, y mirá que parecida que es a Londres, ¿la habrá diseñado un inglés?, culturamente es un lugar zarpado, qué linda ciudad para pedalear. ¿Vamos en tren? Sí, en el Sarmiento, no hay chances de ir hasta La Plata pedaleando.
Mariano dijo en voz alta "Hernán este finde voy a La Plata", y se aseguró de transformar sus palabras en un mensaje de texto. "Chicos, la gorra" anunció Charly, mientras veía tres cuerpos correr hacia ellos rompiendo con el paisaje estático que la penumbra les estaba regalando.
Mariano pensó "¡La puta madre, justo ahora que Mamá está por ser mamá!". Intentaron levantarse y huir pero los tuvieron encima antes de poder darse cuenta, "vienen con el fierro al aire" apuntándolos o a ellos o a Dios. Qué noche de mierda para pasear en patrullero.
¿Qué pasa acá? ¿Qué hacen? ¿Esto es legal?  De Caballito. Andando en bici. Quiero saber el trasfondo, oficial, quiero hablar con mi mamá, no me parece que se pueda proceder de esta manera.
Estamos buscando a dos que andan choreando en una bici amarilla y una roja, y acá veo una bici amarilla y otra roja. ¡Acá nadie se robó nada!  No es manera, te entiendo pero no es manera. Bueno, ponele que estábamos armados. Si vos estás armado y yo te caigo así nomás me llenás de agujeros, tengo que aparecer así por las dudas. Es muy violento aparecer con el fierro en alto de todas formas. No podés. Bueno b...bue listo. No es manera igual. Sí, sí, nos vamos pero guardá el arma.
Mariano y sus piernas temblando al darse cuenta de lo cerca que estuvo de perderse el nacimiento de su hermana "Vos que sos despierto si los ves avisame" fue lo último que escuchó antes de que suene el teléfono.
Suena y ya se sabe de antemano la noticia. No entiende cómo pero de algún modo sabe lo que le dirá la voz de su abuela cuando atienda, sabe también que sonreirá y se subirá a la bicicleta; y pedaleará más rápido que nunca sin respetar un semáforo, porque nadie respeta los semáforos a las tres de la mañana.
Sarmiento hasta Plaza Italia, giro a la izquierda en contramano en vez de bordear la rotonda como se debe -como se espera-; porque total a las tres de la mañana no vienen muchos autos y se pueden ahorrar unos buenos metros con sus respectivos segundos acortando de este modo. Santa Fé a la izquierda, desde ahí el camino al Hospital de Clínicas es una ele. La pata más larga de la ele es la recta en la que debe devorarse cada metro como si escapara de todos aquellos lugares donde fue infeliz.
Cruza Scalabrini en rojo inclinándose a la izquierda y entrando en el carril opuesto para evitar los dos autos que se acercan desde la derecha y lo insultan. Pobres automovilistas que ignoran que a las tres y cuatro de la mañana, la noche se devora sus palabras.
Sigue la recta y empieza el ascenso hasta Coronel Díaz, el pico de la montaña, luego una pequeña meseta de escasos metros; y abajo de nuevo, ganando velocidad rápidamente.
Semáforo en rojo en Agüero y este es jodido porque es el que está al pie de la bajada, pero a las tres y siete de la mañana no pasa nada. Subida nuevamente hasta Pueyrredón, donde se para en los pedales para vencer las garras de la gravedad. Está en verde pero le queda poco tiempo, amarillo y empieza a cruzar, rojo y los autos se acercan desde ambos lados en un acordeón mortal.
Azcuénaga a la derecha. La patita chica de la ele -y cuánto hace que no juega al ajedrez- son las dos cuadras que quedan hasta Paraguay donde puede entrar por la rampa de la ambulancia y bajar directo al subsuelo. Las llaves ya fuera de su bolsillo abrirán la cadena y la atarán a unos caños siguiendo las indicaciones de un hombre que viste un uniforme muy parecido al que le sigue apuntando en ese mismo momento en el que para atender el teléfono -que aún vibraba- mete sus manos en el canguro del buzo. Ya va abuela, ya va, y todo sucede tan rápido que ninguno entiende por qué -¿Qué mierda hiciste hijo de puta?-, por qué abren fuego ante la duda.

3 - BIZARRA
Queso. Se escuchan de fondo patrulleros y sirenas a grandes velocidades.
Son varios, queso y dulce, tres por lo menos. Van realmente rápido y así como llegan, se van.
Se callan. Queso y dulce de membrillo. Se oye un disparo a lo lejos.
Silencio sepulcral, y neblina espesa entra por la ventana.
Silencio y dulce de membrillo. Silencio
y suena desde la casa de mi vecina Punk, a todo volumen,
queso y dulce de muertillo,
la música de los expedientes secretos X.
Queso y dulce de membrillo interrumpidos por un
Aire de misterio.

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